En
un jardín de huellas fósiles, un poeta se cuestiona el sentido
de su actividad artística. En medio de esa búsqueda interior
se percata de que Caterina, la Muerte, su muerte, ha estado ahí
desde siempre, escuchándolo.
Comienzan a dialogar. El diálogo avanza a través de una
constante tensión entre ambos personajes y sus discursos -el uno
exaltado y poético, el otro lleno de giros populares y expresiones
coloquiales-, tensión que no termina con el final de la obra, sino
que es transferida al espectador.
Siete días
es un performance que busca, a partir de una propuesta escénica
multidisciplinaria, fomentar la difusión de la literatura y el
arte mexicanos. El guion de Siete días está basado
en el poema "Muerte sin fin", de José Gorostiza, y retoma
en uno de sus personajes a la figura popular de la Catrina, creada por
el grabador José Guadalupe Posada.
El performance se
realiza sobre la instalación llamada Jardín de huellas
fósiles, que consiste en un "altar de muertos viviente"
en el cual dialogan el Poeta, personaje atribulado por dudas trascendentales,
y Caterina, personificación de una muerte seductora e irreverente.
La intención de este proyecto es representar las que consideramos
han sido las dos grandes tendencias del arte mexicano del siglo XX: una
que busca recrear temas y motivos universales y otra que se enfoca en
lo particular del ser del mexicano. Ésta última adopta carices
que van desde el nacionalismo -como en el arte de los muralistas- hasta
la incorporación de elementos propios de la cultura popular o regional.
La otra vena es la que han pretendido legitimar grupos como el de los
Contemporáneos o en las artes plásticas, pintores como José
Luis Cuevas.
En Siete días ambas tendencias entran en un diálogo
abierto, no excluyente, que permite, por una parte, hablar sobre inquietudes
humanas universales desde la particularidad mexicana y, por la otra, legitimar
las inquietudes propias del mexicano expresadas en su propio lenguaje.
Con esto pretendemos acercar al público a la obra de Gorostiza
-y a la poesía en general-, al mismo tiempo que se fomenta el aprecio
por la cultura tradicional mexicana -la celebración del Día
de muertos, particularmente. Todo ello a través de un trabajo multidisciplinario
que incluye música, teatro e instalación.
Quedan, pues, invitados
a presenciar esta muerte viva que forma parte de nuestras más arraigadas
tradiciones.
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